El 18 de marzo de 1923 nace Mierko Blazina, un hombre de hielo que llego de Yugoslavia.
“Me hacían cada gol… Es que entraba como muerto a la cancha y me despertaban mis compañeros”. Pocos pensaran que estas palabras le corresponden a Blazina, el arquero del San Lorenzo de Almagro Campeón de 1946.
Pero la historia marca que el hombre de hielo, como era apodado en las crónicas de la época, fue una pieza clave en el titulo conseguido por el equipo azulgrana y su nombre quedo marcado a fuego en la mente de los hinchas.
Este arquero sin nervios nacido en Yugoslavia llego a la Argentina junto a su familia cuando tenia 8 años, escapando de la Segunda Guerra Mundial, con la promesa de una tierra de maravillas. Comenzó a jugar en la tercera división de Nueva Chicago hasta que un día enfrento a San Lorenzo en un amistoso y tan bueno fue su desempeño que los dirigentes de Boedo no dudaron en contratarlo.
En un comienzo alterno con Peñalba la custodia del arco pero de a poco fue ganándose el puesto que mantuvo a lo largo de 12 años, hasta 1955, jugando 245 partidos.
Vale recordar que Blazina integro aquel recordado plantel que deslumbro a Europa en la inolvidable gira por España y Portugal en 1946 y 1947.
Precursor de los arqueros que salían jugando con la pelota, tenia la costumbre de entrar con un algodón a la cancha, para marcar el centro del arco, entre el punto penal y el borde del área grande, para así tener una referencia cuando hacia sus excursiones fuera del área. Criticado por goles “de biógrafo”, como se decía en ese tiempo a los tantos que le convertían por errores propios, este hombre se alzo entre los cuestionamientos para dejar su marca en la historia grande de San Lorenzo.
“Me hacían cada gol… Es que entraba como muerto a la cancha y me despertaban mis compañeros”. Pocos pensaran que estas palabras le corresponden a Blazina, el arquero del San Lorenzo de Almagro Campeón de 1946.
Pero la historia marca que el hombre de hielo, como era apodado en las crónicas de la época, fue una pieza clave en el titulo conseguido por el equipo azulgrana y su nombre quedo marcado a fuego en la mente de los hinchas.
Este arquero sin nervios nacido en Yugoslavia llego a la Argentina junto a su familia cuando tenia 8 años, escapando de la Segunda Guerra Mundial, con la promesa de una tierra de maravillas. Comenzó a jugar en la tercera división de Nueva Chicago hasta que un día enfrento a San Lorenzo en un amistoso y tan bueno fue su desempeño que los dirigentes de Boedo no dudaron en contratarlo.
En un comienzo alterno con Peñalba la custodia del arco pero de a poco fue ganándose el puesto que mantuvo a lo largo de 12 años, hasta 1955, jugando 245 partidos.
Vale recordar que Blazina integro aquel recordado plantel que deslumbro a Europa en la inolvidable gira por España y Portugal en 1946 y 1947.
Precursor de los arqueros que salían jugando con la pelota, tenia la costumbre de entrar con un algodón a la cancha, para marcar el centro del arco, entre el punto penal y el borde del área grande, para así tener una referencia cuando hacia sus excursiones fuera del área. Criticado por goles “de biógrafo”, como se decía en ese tiempo a los tantos que le convertían por errores propios, este hombre se alzo entre los cuestionamientos para dejar su marca en la historia grande de San Lorenzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario