El 26 de mayo de 1957 debuta en San Lorenzo de Almagro el volante central Guillermo Reynoso.
Una persona que sabe mucho en cierta oportunidad dijo que en el futbol hay que encontrar las pequeñas sociedades y, de hecho, muchas sociedades son recordadas en la historia de la Institución y una de ellas, sin duda, es la que compartió Guillermo Reynoso con Raul Martina y Norberto Schiro.
Catamarqueño de origen, llego a Boedo desde San Martin de Tucuman en 1957 y, si bien en la previa no era de los mas esperados, el nivel mostrado en la mitad de la cancha en sus primeros partidos hizo que todos los hinchas se fijaran en él, en como distribuía criteriosamente la pelota. Fue el hombre sobre el cual el mediocampo de San Lorenzo se sostuvo en el campeonato ganado en 1959, conducido por Jose Barreiro.
Recién en 1961, poco antes de que dejara el club, Reynoso por fin se gano el puesto y se transformo en uno de los indiscutidos, en uno de esos a los que se ovaciona cuando se nombraba la formación inicial del equipo. Y no solo eso, fue capitán y convirtió sus únicos tres goles en San Lorenzo (ante Racing, Argentinos Juniors y Lanus) donde jugo 159 partidos.
En medio del torneo de 1962 se alejo de Boedo por problemas con la dirigencia.
Una persona que sabe mucho en cierta oportunidad dijo que en el futbol hay que encontrar las pequeñas sociedades y, de hecho, muchas sociedades son recordadas en la historia de la Institución y una de ellas, sin duda, es la que compartió Guillermo Reynoso con Raul Martina y Norberto Schiro.
Catamarqueño de origen, llego a Boedo desde San Martin de Tucuman en 1957 y, si bien en la previa no era de los mas esperados, el nivel mostrado en la mitad de la cancha en sus primeros partidos hizo que todos los hinchas se fijaran en él, en como distribuía criteriosamente la pelota. Fue el hombre sobre el cual el mediocampo de San Lorenzo se sostuvo en el campeonato ganado en 1959, conducido por Jose Barreiro.
Recién en 1961, poco antes de que dejara el club, Reynoso por fin se gano el puesto y se transformo en uno de los indiscutidos, en uno de esos a los que se ovaciona cuando se nombraba la formación inicial del equipo. Y no solo eso, fue capitán y convirtió sus únicos tres goles en San Lorenzo (ante Racing, Argentinos Juniors y Lanus) donde jugo 159 partidos.
En medio del torneo de 1962 se alejo de Boedo por problemas con la dirigencia.
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